La Enfermedad de Alzheimer es una
enfermedad degenerativa del cerebro para la cual no existe cura alguna. Lenta e
inevitablemente, la enfermedad ataca las células nerviosas en todas las partes
de la corteza del cerebro, deteriorando así las capacidades de la persona de controlar
las emociones, reconocer errores y patrones, coordinar el movimiento y
recordar. En última instancia, la persona pierde toda la memoria y el funcionamiento
mental. Aproximadamente la mitad de las personas en los hospicios para ancianos
y casi la mitad de todas las personas mayores de 85 años sufren de la
Enfermedad de Alzheimer. Es ahora la cuarta causa principal de muerte en los
adultos y, a menos que se desarrollen métodos eficaces para la prevención y el
tratamiento.
El Alzheimer es la
causa más común de demencia en las personas mayores. La demencia se caracteriza
por la pérdida del funcionamiento cognitivo, es decir, el pensar, recordar y el
razonamiento, a un grado que llega a afectar el desenvolvimiento de las
actividades de la vida diaria de la persona.
La enfermedad toma
su nombre del Dr. Alois Alzheimer. En 1906, el Dr. Alzheimer notó cambios en
los tejidos del cerebro de una mujer que había muerto de una rara enfermedad
mental. Sus síntomas incluían pérdida de la memoria, problemas de lenguaje y
comportamiento impredecible. Después que la mujer murió, el Dr. Alzheimer
examinó su cerebro y descubrió varias masas anormales (actualmente llamadas
placas amiloideas) y bultos retorcidos de fibras (actualmente llamados ovillos
o nudos neurofibrilares).
Las placas y los
ovillos en el cerebro son dos de las características principales de esta
enfermedad. La tercera característica es la pérdida de las conexiones entre las
células nerviosas (las neuronas) y el cerebro.
Características cerebrales de una persona con Alzheimer
Los ovillos empiezan
a desarrollarse en la parte profunda del cerebro, en una zona llamada corteza
entorinal, y las placas se forman en otras zonas. A medida que se van formando
más y más placas y ovillos en zonas particulares del cerebro, las neuronas
sanas empiezan a funcionar con menos eficacia. Luego pierden su habilidad de
funcionar y comunicarse entre sí, y finalmente mueren. Este perjudicial proceso
se propaga a una estructura cercana, llamada el hipocampo, el cual es esencial
en la formación de recuerdos.
A medida que aumenta
la muerte de las neuronas, las regiones afectadas del cerebro empiezan a
encogerse. Cuando se acerca la fase final de la enfermedad, los daños se han
extendido ampliamente y los tejidos del cerebro se han encogido
considerablemente.
Las primeras señales
de la enfermedad son problemas con la memoria. Empiezan a ocurrir olvidos de
manera más frecuente que en otras personas de la misma edad. Muchas veces las
personas que tienen esta sintomatología poseen una condición llamada deterioro
cognitivo leve (DCL), pero sus síntomas no son tan severos como los de aquellas
que tienen la enfermedad. Cuando son comparadas con personas que no tienen DCL,
la mayoría de las personas que sí lo tienen terminan desarrollando el Alzheimer.
Se puede clasificar
el Alzheimer en relación al grado de gravedad en que se presenta la enfermedad:
Enfermedad de Alzheimer leve
A medida que la
enfermedad va avanzando, la pérdida de la memoria continúa y surgen cambios en
otras capacidades cognitivas. Los problemas pueden incluir perderse, dificultad
para manejar el dinero y pagar las cuentas, repetir las preguntas, tomar más
tiempo para completar las tareas diarias normales, juicio deficiente y pequeños
cambios en el estado de ánimo y en la personalidad. Las personas frecuentemente
son diagnosticadas durante esta etapa.
Enfermedad de Alzheimer moderada
En esta etapa, el
daño ocurre en las áreas del cerebro que controlan el lenguaje, el
razonamiento, el procesamiento sensorial y el pensamiento consciente. La
pérdida de la memoria y la confusión aumentan, y las personas empiezan a tener
problemas para reconocer a familiares y amigos. Tal vez no puedan aprender
cosas nuevas, llevar a cabo tareas que incluyen múltiples pasos (tales como
vestirse) o hacer frente a situaciones nuevas. Es posible que tengan
alucinaciones, delirio y paranoia, y quizás se comporten impulsivamente.
Enfermedad de Alzheimer severa
Al llegar a la etapa
final, las placas y ovillos se han extendido por todo el cerebro y los tejidos
del cerebro se han encogido considerablemente. Las personas que padecen de una
enfermedad de Alzheimer severa no pueden comunicarse y dependen completamente
de otros para su cuidado. Cerca del final, la persona quizás pase en cama la
mayor parte o todo el tiempo a media que el cuerpo va dejando de funcionar.
La causa de la enfermedad de
Alzheimer no está todavía clara para los científicos. Se están estudiando los
ovillos y las placas en el cerebro junto con otras características de la
enfermedad. Es probable que las causas incluyan factores genéticos, ambientales
y del estilo de vida. Debido a que las personas difieren en cuanto a su
composición genética y sus estilos de vida, la importancia de estos factores
para prevenir o retrasar esta enfermedad varía de persona a persona.
Otra pregunta importante acerca
de la enfermedad es por qué afecta principalmente a los adultos mayores.
Avances en las investigaciones apuntan a que los cambios producidos en el cerebro
por la edad pueden perjudicar las neuronas y contribuir a los daños de Alzheimer.
Estos cambios relacionados a la edad incluyen la atrofia (encogimiento) de
ciertas partes del cerebro, inflamación y la producción de moléculas inestables
llamadas radicales libres.
Factores genéticos
En la enfermedad de Alzheimer
influyen factores genéticos que predisponen a la personas para sufrirla. La mayoría de las personas que
padecen de Alzheimer tienen el tipo llamado Alzheimer de aparición tardía, la
cual usualmente se desarrolla después de la edad de 60 años. Muchos estudios
han vinculado un gene llamado apolipoproteina E (APOE) a la enfermedad de
Alzheimer de aparición tardía. Este gene tiene varias formas. Una de ellas,
APOE 4, aumenta el riesgo de que una persona contraiga la enfermedad. Cerca de
un 40 por ciento de todas las personas que desarrollan Alzheimer de parición
tardía son portadoras de este gene. Sin embargo, ser portador de la forma APOE
4 del gene no significa necesariamente que una persona desarrollará la
enfermedad, y las personas que no son portadoras de las formas APOE 4 del gene
también pueden desarrollar la enfermedad.
Factores relacionados al estilo de vida
Una dieta nutritiva la actividad
física y la participación en situaciones y relaciones sociales y en actividades
mentalmente estimulantes son todos factores que pueden ayudar a las personas a
permanecer sanas. Los nuevos estudios sugieren la posibilidad de que estos
factores también pueden ayudar a reducir el riesgo de una declinación cognitiva
y de contraer la enfermedad. Los científicos están investigando las conexiones
entre la declinación cognitiva y ciertas condiciones vasculares y metabólicas
tales como las enfermedades cardiacas, los accidentes cerebrovasculares
(derrames cerebrales), la presión arterial alta, la diabetes y la obesidad.
Entender estas relaciones y comprobarlas en investigaciones clínicas puede
ayudarnos a entender si la reducción de ciertos factores de riesgo asociados con
esas enfermedades también puede ayudar con la enfermedad de Alzheimer.
Diagnostico de la enfermedad
El Alzheimer se puede
diagnosticar de manera definitiva luego de ocurrida la muerte de la persona. Pero
los médicos ahora tienen varios métodos y herramientas que les ayudan a
determinar con bastante precisión si una persona que está teniendo problemas de
la memoria “posiblemente tiene Alzheimer” (la demencia puede ser debida a otra
causa)o “probablemente tiene Alzheimer” (no se encuentra otra causa que
explique la demencia). Para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer, los
médicos hacen lo siguiente:
- ·
Preguntar sobre la salud general de la persona,
sus problemas médicos previos y su capacidad para realizar actividades diarias,
y sobre cambios en el comportamiento y en la personalidad.
- ·
Realizan pruebas relacionadas a la memoria, a la
capacidad de resolver problemas, prestar atención y contar, y a las habilidades
de lenguaje.
- ·
Llevan a cabo pruebas médicas, tales como
pruebas de sangre, orina y fluido espinal.
- ·
Efectúar gamagrafías del cerebro, tales como la
tomografía computarizada (TAC o CT en inglés), o las imágenes por resonancia
magnética (IRM o MRI en inglés).
Estas pruebas pueden ser
repetidas para darles a los médicos información sobre cómo la memoria de la
persona está cambiando a través del tiempo.
Tratamiento
El Alzheimer es una enfermedad
compleja y no existe una única “varita mágica” que probablemente la pueda
prevenir o curar. Por eso los tratamientos actuales se concentran en varios
aspectos diferentes, inclusive en ayudar a las personas a mantener su
funcionamiento mental, en manejar los síntomas relacionados al comportamiento,
y en desacelerar, retrasar o prevenir la enfermedad.
Cómo apoyar a las familias y a las personas que cuidan a los enfermos
Cuidar a una persona que padece
de la enfermedad de Alzheimer puede tener altos costos físicos, emocionales y
financieros. Las demandas del cuidado diario, el cambio en las funciones de la
familia y las duras decisiones relacionadas a la colocación del enfermo en un
centro de cuidados pueden ser muy difíciles de manejar. Los científicos están
aprendiendo mucho sobre el cuidado de las personas que padecen de Alzheimer, y
los estudios están ayudando a los expertos a desarrollar nuevas maneras de
brindar apoyo a las personas encargadas de cuidar a los enfermos.
Llegar a estar bien informado
sobre la enfermedad es una estrategia a largo plazo importante. Los programas
que instruyen a las familias sobre las diferentes etapas de la enfermedad de
Alzheimer y sobre estrategias flexible y prácticas para manejar situaciones
difíciles cuando se proporcionan cuidados, proveen una ayuda vital a aquellas
personas que cuidan a individuos afectados con esa enfermedad.
Desarrollar tácticas útiles para
enfrentar las dificultades y una sólida red de apoyo que incluye a familiares y
amigos, también son maneras importantes por medio de las cuales las personas
encargadas de proporcionar cuidados pueden ayudarse a sí mismas a manejar el
estrés de cuidar a un ser querido que padece de Alzheimer. Por ejemplo,
mantenerse activo físicamente proporciona beneficios físicos y emocionales.
http://www.nia.nih.gov/espanol/publicaciones/la-enfermedad-de-alzheimer