domingo, 29 de junio de 2014

Asilo de ancianos: ¿Cómo elegir el lugar apropiado?

¿Qué son los asilos de anciano?

Los asilos de ancianos, conocidos también como establecimientos de cuidados especializados, son lugares para personas que no necesitan estar en un hospital pero ya no pueden ser cuidadas en su propio hogar. Esto puede incluir personas con lesiones críticas o enfermedades serias, o aquellas que necesitan cuidados después de una cirugía. La mayoría de los asilos de ancianos tienen ayudantes y enfermeros especializados disponibles las 24 horas del día. Consulte con su proveedor de cuidados de salud para averiguar si un asilo de ancianos es la mejor opción para usted o para un miembro de su familia.
Los asilos de ancianos pueden ser:

Como un hospital. Este tipo de asilo de ancianos a menudo está organizado como un hospital. Los miembros del personal brindan asistencia médica, así como terapia física, del habla y ocupacional. Puede haber una estación de enfermeros en cada piso. Como regla general, una o dos personas viven en un cuarto. Algunos asilos de ancianos permiten que las parejas vivan juntas. Las cosas que hacen que un cuarto sea especial, como fotos de la familia, a menudo son bien recibidas.

Como un hogar de familia. Estos establecimientos están diseñados para que funcionen más como un hogar de familia y las rutinas diarias no están fijadas. Los equipos formados por el personal y los residentes tratan de crear un ambiente relajado. A menudo las cocinas están abiertas para los residentes, las decoraciones crean un sentido hogareño y a los miembros del personal se les anima a desarrollar relaciones con los residentes.

Como una combinación de ambos. Algunos asilos de ancianos combinan las unidades que funcionan como un hospital y aquellas que funcionan como un hogar de familia.

Tenga en mente los siguientes consejos

Si usted necesita ir a un asilo de ancianos después de una estadía en un hospital, el personal del hospital puede ayudarle a encontrar uno que proporcione la clase de cuidado que sea mejor para usted. La mayoría de los hospitales tienen trabajadores sociales que pueden ayudarle con estas decisiones. Si usted está buscando un asilo de ancianos, pida a los miembros del personal del consultorio de su médico que le den algunas recomendaciones. Una vez que usted sepa qué opciones tiene, es una buena idea que:

Considere. ¿Qué es importante para usted? ¿Cuidados de salud brindados por enfermeros, comidas, terapia física, una conexión religiosa, cuidados de hospicio o Unidades de Cuidados Especiales para pacientes con demencia? ¿Desea un lugar ubicado cerca de la familia y los amigos para que ellos puedan visitar fácilmente?

Pregunte. Hable con amigos, parientes, trabajadores sociales y grupos religiosos para averiguar qué lugares ellos sugieren. Pregunte a los proveedores de cuidados de salud cuáles son los asilos de ancianos que ellos creen que proporcionan buenos cuidados. Utilice esas sugerencias para hacer una lista de los asilos que ofrecen los tipos de servicios que usted quiere.

Llame. Contacte a cada uno de los lugares en su lista. Haga preguntas sobre cuántas personas viven en el lugar y cuánto cuesta. Averigüe sobre las listas de espera.

Visite. Haga planes para conocer al director del asilo y al director del departamento de enfermería.

Hable. No tema hacer preguntas. Por ejemplo, usted puede pedir a miembros del personal que le expliquen la razón de cualquier olor fuerte. Los malos olores pueden indicar un problema; los buenos olores pueden ocultar un problema. Tal vez quiera averiguar cuánto tiempo llevan de trabajar en el asilo de ancianos el director y los jefes de los departamentos de enfermería, alimentación y servicios sociales. Si los miembros principales del personal cambian a menudo, esto podría significar que hay algo que no está funcionando bien.

Visite de nuevo. Haga una segunda visita sin antes llamar para dar aviso previo. Trate de ir durante otro día de la semana o a una hora diferente para poder conocer a otros miembros del personal y ver actividades diferentes. Visite a la hora de las comidas y observe si el comedor es atractivo y está limpio y si la comida se ve apetecible.

Entienda. Una vez que usted haya elegido un asilo de ancianos, lea el contrato cuidadosamente. Hágale preguntas al director o al director asistente sobre cualquier cosa que no entienda. Pídale a un buen amigo o miembro de la familia que también lea el contrato antes que usted lo firme.


Fuente:
http://www.nia.nih.gov/espanol/publicaciones/asilos-de-ancianos

El maltrato a los ancianos

¿Qué es el «maltrato de los ancianos»?

El maltrato hacia los adultos mayores lo podemos definir como «todo acto aislado o reiterado, o la omisión de una intervención adecuada, en el contexto de una relación en la que existen expectativas de confianza, y que causa perjuicio o angustia a una persona de edad avanzada». Puede adoptar muchas formas: maltrato físico, psicológico y sexual, explotación económica, abandono pasivo y autoabandono, abuso de medicamentos, abandono activo, castigo por culpas ajenas y marginación de las personas mayores en las instituciones o en las políticas sociales y económicas.

En muchas partes del mundo el maltrato de los ancianos pasa casi inadvertido. Hasta hace poco, este grave problema social se ocultaba a la vista del público y se consideraba como un asunto esencialmente privado. Incluso hoy en día, el maltrato de los ancianos sigue siendo un tema tabú, por lo común subestimado y desatendido por sociedades de todo el mundo. Sin embargo, cada día hay más indicios de que el maltrato de los ancianos es un importante problema de salud pública y de la sociedad.

Con una población mundial de ancianos (de 60 años en adelante) que está previsto que se triplique de 672 millones en 2005 a casi 1900 millones en 2050 , aumenta la preocupación por el maltrato de estas personas. Prevenirlo exige mejorar nuestro conocimiento de su prevalencia e identificar y corregir los factores de riesgo.

El problema existe en los países en desarrollo y desarrollados y por lo general no se notifica en grado suficiente en todo el mundo. Tan solo en unos pocos países desarrollados hay tasas de prevalencia o estimaciones, que se sitúan entre un 1% y un 10%. Aunque la magnitud del maltrato de los ancianos se desconoce, su importancia social y moral salta a la vista. En tal virtud, exige una respuesta mundial multifacética que se centre en la protección de los derechos de las personas de edad.

Las formas de definir, detectar y resolver el maltrato de los ancianos tienen que enmarcarse en el contexto cultural y considerarse junto con los factores de riesgo que tienen una especificidad cultural. Por ejemplo, en algunas sociedades tradicionales se obliga a las viudas de edad a casarse de nuevo, mientras que en otras las mujeres mayores que viven solas son acusadas de practicar la brujería.

Desde los puntos de vista sanitario y social, si los sectores de atención primaria de salud y servicios sociales no están bien dotados para detectar y resolver el problema, el maltrato de los ancianos seguirá estando semioculto.



Fuente:
http://www.who.int/ageing/projects/elder_abuse/es/

Cuidados en la alimentación en el adulto mayor

Las personas de edad avanzada necesitan de una alimentación saludable debido a que a causa de la edad se encuentran vulnerables a agentes patógenos. Esto puede ayudarles a prevenir enfermedades. Una dieta saludable incluye una alimentación variada, pero los alimentos crudos son peligrosos porque pueden contener muchos gérmenes.

¿Por qué las personas mayores se enferman al ingerir alimentos crudos?

A medida que envejecemos, cada vez es más difícil combatir los gérmenes y más fácil enfermarse por los gérmenes presentes en los alimentos. Si usted tiene diabetes, enfermedad renal o recibe ciertos tratamientos 
para el cáncer, el riesgo puede ser mayor.

Estos los alimentos que deben evitarse:

·         Pescado crudo
·         Mariscos crudos, tales como ostras, almejas, mejillones y vieiras
·         Carnes o aves crudos
·         Leche o queso crudos o no pasteurizados
·         Quesos blandos, como queso tipo feta, brie, azul y de estilo mexicano
·    Huevos o productos derivados del huevo, crudos o parcialmente cocidos, tales como aderezos para ensalada, masa para galletas, mezcla para tortas, salsas y bebidas, como ponche de huevo
·         Brotes sin cocinar
·         Jugos de frutas y verduras no pasteurizados o no tratados



Fuente:
http://www.nia.nih.gov/sites/default/files/foodsafetyseniorsspanish.pdf

La comunicación en la enfermedad de Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencias disminuyen gradualmente la capacidad de la persona para comunicarse. La comunicación con una persona con Alzheimer requiere paciencia, comprensión y buena capacidad de escucha. El siguiente articulo tiene por objetivo brindar una serie de recomendaciones y estrategias para poder comunicarse de la mejor manera posible con un una persona que sufre de demencia.

Cambios en la comunicación

Los cambios ocurridos en la capacidad de comunicación en las personas a causa del Alzheimer difieren en cada caso. En los primeros estadios de la enfermedad la comunicación con la persona puedo no parecer diferente, o podría repetir las mismas historias o tener la incapacidad de encontrar la palabra adecuada para comunicarse. Mientras progresa la enfermedad, el cuidador podría reconocer cambios como:
·         El uso de palabras familiares repetidamente
·         Crear nuevas palabras para describir objetos familiares
·         Perder fácilmente la ilación del discurso
·         Tener dificultades para organizar lógicamente las palabras
·         Hablar menos seguido

Ayuda a comunicarse a la persona con Alzhaimer

La gente con demencia de Alzheimer tienen más problemas para comunicar pensamientos y emociones. También tienen problemas para entender a los demás. Aquí siguen algunas formas de ayudar a la persona con Alzheimer a comunicarse.

Ser paciente

Hazle saber a la persona que la estás escuchando y tratando de entender. Muéstrale a la persona que te interesa lo que está diciendo y ten cuidado de no interrumpir.

Ofrecer comodidad y seguridad

Si la persona está teniendo problemas al comunicarse, déjale saber que está bien, qué es algo normal. Alienta a la persona a seguir expresando lo que piensa.

Evitar criticar o corregir

No le digas al adulto mayor que lo que diciendo es incorrecto. En lugar de eso, Escucha e intenta comprender el significado de lo que está diciendo. Repite lo que dijo si eso ayuda a clarificar lo dicho.

Evitar discutir

Si la persona dice algo sobre lo cual no estás de acuerdo, no intentes contradecirlo. Discutir usualmente sólo empeora las cosas.

Alentar la comunicación no verbal

Si no entiendes lo que se está diciendo, pide a la persona que se ayude con gestos
.
Limitar las distracciones


Elegir un lugar tranquilo para conversar. El entorno debe apoyar la capacidad de la persona para centrarse en sus pensamientos.

Enfocarse en los sentimientos, no en los hechos

A veces las emociones que se expresan son más importantes que lo que se dice. Busque los sentimientos detrás de las palabras. A veces, el tono de voz y otras acciones puede dar pistas.

Las mejores maneras de comunicarte

Mientras que una persona con una etapa más avanzada la enfermedad de Alzheimer no siempre puede responder, él o ella todavía necesita y se beneficia una comunicación continua. Cuando se comunique con una persona con demencia, es especialmente importante elegir cuidadosamente sus palabras.

Identifíquese

Acérquese a la persona de frente y decir quién eres. Mantenga un buen contacto visual; si la persona está sentada o reclinada, bajar a ese nivel.

Llame a la persona por su nombre.

Ayuda a orientar a la persona y a prestar atención.

Utilice, palabras y oraciones cortas y simples.

Solicitudes o historias largas pueden ser abrumadoras. Hacer una pregunta a la vez.

Hable despacio y claramente.

Sea consciente de la velocidad y la claridad. Use un tono amable y relajado - un tono más bajo es más calmante.

Pacientemente esperar una respuesta.

La persona puede necesitar más tiempo para procesar lo que ha dicho

Repita información o preguntas cuando sea necesario.

Si la persona no responde, espere un momento. Luego vuelva a preguntar.

Transforma las preguntas en respuestas.

Proporcionar la solución y no el problema. Por ejemplo, diga "El cuarto de baño está justo aquí", en lugar de preguntar, "¿Necesitas ir al baño?"


Fuente:
http://www.alz.org/care/dementia-communication-tips.asp

Efecto de la edad y el entrenamiento sobre la memoria

El objetivo de este  trabajo realizado por investigadores de diferentes universidades argentinas fue evaluar el efecto de la edad y el entrenamiento sobre una tarea de recuerdo de palabras. En función de los antecedentes, se esperó hallar que los sujetos adultos jóvenes recordaran mayor cantidad de palabras que los adultos maduros, y que el entrenamiento mejorara el rendimiento en ambos grupos etarios.

Método

Participantes. El Grupo Maduros (n=30) estaba formado por personas de entre 65 y 90 años de edad y el Grupo Jóvenes (n=30), entre 18 y 25 años. Cada uno estuvo conformado por iguales cantidades de hombres y mujeres. El nivel educativo de ambos grupos fue homogéneo: los sujetos jóvenes tenían nivel secundario completo y continuaban sus estudios, y para los grupos de sujetos maduros se seleccionaron individuos que como mínimo hubieran finalizado la escuela primaria.

Instrumentos.

Se utilizó una lista de 15 palabras seleccionadas según la longitud y el uso de las mismas. La selección se realizó tomando 30 páginas de Internet, las cuales se analizaron con un contador de palabras. El criterio para determinar las palabras más utilizadas fue la selección de los términos que aparecieron más veces en el contador de palabras, y como las menos usadas, las que menos puntuaron. La lista quedó conformada por palabras de diversa longitud (cortas y largas) y uso (más utilizadas, uso medio y poco uso).

Procedimiento.

Se utilizó un diseño factorial 2x2, cuyos factores fueron Edad (jóvenes-maduros) y Entrenamiento (con entrenamiento-sin entrenamiento), ambos factores, intersujeto. La administración fue individual. Los sujetos de los Grupos Maduros sin entrenamiento (MSE) y Jóvenes sin entrenamiento (JSE), realizaron una prueba en la cual se les leyó una lista de palabras y luego de 10 segundos se les pidió que nombraran en voz alta cuáles recordaban, en cualquier orden. El investigador registraba las palabras que decía el sujeto. A los grupos Maduros con entrenamiento (MCE) y Jóvenes con entrenamiento (JCE) se les tomó un pre-test igual al de los grupos sin entrenamiento, e inmediatamente después se les administró un entrenamiento, que consistió en la lectura de las primeras 2 palabras de la lista, pidiéndole luego al sujeto que las nombrara; a esas 2 palabras se le agregaron otras 3 (siendo ahora un total de 5 palabras) y se le pidió que nombrara la totalidad de las palabras; luego se le agregaron otras 2 más, y se volvió a pedir al sujeto que las nombrara (sumando las anteriores también); seguidamente otras 3, y así sucesivamente hasta alcanzar el final de la lista de 15 palabras, leídas por el experimentador.

Las listas de palabras fueron leídas en el mismo orden para todos los sujetos. Finalmente se les tomó un post-test, de idéntico procedimiento que el pre-test, es decir, se volvió a leer la misma lista de 15 palabras, y se registró la cantidad recordada. La medida dependiente fue la cantidad de palabras recordadas en ambas pruebas.

Resultados

Los resultados muestran, tal como se observó en investigaciones previas, que los grupos maduros muestran un deterioro en la memoria. Esto se refleja en un recuerdo de palabras significativamente menor en los grupos de maduros, en comparación con los grupos de jóvenes al comienzo del estudio.


Por otro lado, se halló que el entrenamiento produjo un incremento en la cantidad de palabras recordadas en ambos grupos etarios. Los grupos que recibieron entrenamiento se diferenciaron de sus controles, sin entrenamiento. Los grupos JSE y MCE obtuvieron un rendimiento similar en la tarea de recuerdo de palabras. Estos resultados sugieren que el entrenamiento cognitivo es relevante no sólo para ancianos, sino también para individuos jóvenes. Ambos grupos etarios podrían sufrir un deterioro en la memoria si no ejercitan esta función, la cual podría ser mejorada mediante técnicas de entrenamiento.



Fuente:
http://www.psiencia.org/index.php/psiencia/article/viewArticle/59/97

Pérdida de la audición en el adulto mayor

La pérdida de la audición es una situación bastante común en personas mayores de 60 años. Cerca de la mitad de la gente que tiene 85 o más años de edad sufre de pérdida de la audición. Sea pequeña la pérdida de la audición (no se detectan ciertos sonidos) o grande (ser totalmente sordo), ello constituye un problema grave. Si no se trata, los problemas pueden empeorar.

La pérdida de la audición puede afectar la vida de la persona que lo padece de distintas maneras. Puede perderse las charlas con amstades y familiares. Al hablar por teléfono, puede descubrir que es difícil escuchar lo que dice la persona que llama. Puede incluso llegar a marginarlo de la participación en la sociedad.

Si usted tiene problemas para oir, hay maneras de ayudarle. Empiece consultando a un médico. Dependiendo del tipo y alcance de su pérdida de audición, hay muchas opciones de tratamiento que pueden servirle. La pérdida de la audición no tiene por qué interferir en su habilidad para disfrutar de la vida.
Consulte a un médico si usted tiene problemas:

·         Al escuchar las conversaciones por teléfono,
·         Le resulta difícil entender las conversaciones cuando hablan dos o más personas,
·         Debe subirle el volumen a la televisión a un nivel tan alto que las demás personas se quejan de ello,
·         Tiene problemas al escuchar debido a los ruidos de fondo,
·         Tiene la impresión que las otras personas parecen hablar entre dientes, o
·         No puede entender cuando las mujeres y los niños le hablan.

¿Qué causa la pérdida de audición?

La pérdida de la audición puede tener distintas causas, incluyendo el proceso de envejecimiento, la acumulación de cera en los oídos, haber estado expuesto a ruidos de mucho volumen durante un período de tiempo largo, infecciones virales o bacterianas, problemas del corazón o derrames cerebrales, lesiones en la cabeza, tumores, ciertas medicinas y herencia.

¿Qué tipos distintos de pérdida de audición existen?

La Presbiacusia es la pérdida de la audición relacionada con la edad. Es común en gente de más de 50 años de edad. Las personas que sufren este tipo de pérdida de la audición pueden tener problemas para oir lo que dicen los demás, o pueda que no soporten ruidos fuertes. El deterioro es lento. Así como el cabello encanece lenta o rapidamente, la presbiacusia puede progresar gradualmente o en forma rápida. Puede ser causada por pérdida de audición 

sensorineural. Este tipo de pérdida de la audición resulta de daños a las partes internas del oído, el nervio auditivo o los trayectos de la audición en el cerebro. La presbiacusia puede ser causada por la edad, ruidos fuertes, herencia, lesiones en la cabeza, infecciones, enfermedades, ciertas medicinas recetadas y problemas de circulación, como la presión arterial alta. El grado de pérdida de la audición varía de una persona a otra. Además, una persona puede tener un grado diferente de pérdida de audición en cada oído.

El Tinnitus acompaña muchas formas de pérdida de la audición, incluyendo las que a menudo vienen con el envejecimiento. La gente que sufre de tinnitus puede escuchar un zumbido, estruendo o algún otro ruido dentro de sus oídos. El tinnitus puede ser causado por un ruido fuerte, pérdida de la audición, ciertas medicinas recetadas y otros problemas de salud, como alergias y problemas en el corazón y en los vasos sanguíneos. A menudo no está claro por qué ocurre el zumbido. El tinnitus puede aparecer y desaparecer, puede detenerse por completo, puede continuar o puede llegar a ser permanente.

La pérdida conductiva de la audición ocurre cuando algo bloquea los sonidos que son transportados desde el tímpano (membrana timpánica) al oído interno. La acumulación de cera en los oídos, los fluidos en el oído medio, el crecimiento anormal de los huesos, un tímpano perforado o una infección en el oído medio, pueden causar este tipo de pérdida de la audición.

¿Cómo puedo ayudar a una persona que sufre de pérdida de la audición?

He aquí algunas sugerencias que usted puede utilizar al hablar con alguien que tiene un problema de audición:
·         Mire a la persona a la cara y háblele claramente.
·         Háblele a una velocidad razonable; no oculte su boca, ni coma o mastique chicle.
·         Ubíquese en un lugar con buena iluminación y reduzca los ruidos de fondo.
·         Use expresiones o gestos faciales que le sirvan de claves útiles a la persona que no oye bien.
·         Repita sus palabras, de ser necesario, usando términos distintos.
·         Al hablar incluya a la persona que sufre de pérdida de la audición al hablar. Hable con la persona, no acerca de la persona, cuando esté con los demás. Esto ayuda a impedir que la persona que sufre pérdida de audición se sienta sola y excluida.
·         Tenga paciencia; mantenga una actitud positiva y calmada.
·         Pregunte cómo puede ayudar


.

El duelo por la muerte del cónyuge

La muerte del cónyuge genera grandes cambios en la vida del adulto mayor. La persona se encuentra en duelo, sintiendo dolor y pena por la pérdida. Puedo incluso a llegar a asentirse culpable por el simpe hecho de estar vivo y su pareja no. Si el cónyuge murió en un asilo de ancianos, es posible que el anciano sienta que ojalá hubiera podido cuidar de él o ella en su hogar. Todos estos sentimientos son normales. No hay reglas sobre cómo debe sentirse. No hay una manera correcta o incorrecta de estar en duelo.

La persona que sufre la pérdida puede experimentar tanto dolor físico como emocional. El adulto mayo puede llegar a presentar problemas para dormir, pérdida de apetito, problemas para concentrarse y dificulta para tomar decisiones.

Cuando se sufre por la pérdida del cónyuge, una parte importante del proceso es reordenar la vida que se lleva. Esta puede llegar a ser una tares muy difícil ya que depende mucho de la capacidad resiliente de la persona y volver a sus actividades. Algunas personas pueden sentirse mejor antes de lo que esperaban; otras pueden tomar más tiempo. A medida que pasa el tiempo, puede que aún siga echando de menos a su cónyuge, pero para la mayoría de la gente, el dolor intenso disminuirá. Habrá días buenos y malos. Usted sabrá que se está sintiendo mejor cuando los días buenos empiezan a superar en número a los días malos.

¿Qué se puede hacer?

Estas son una serie de recomendaciones que puede ayudar a la persona que experimenta la pérdida del cónyuge.

Cuídese. El sufrimiento puede ser pesado para la salud. Trate de alimentarse bien, haga que el ejercicio sea parte de su rutina diaria, tome sus medicamentos y duerma lo suficiente. Los malos hábitos, como beber demasiado alcohol o fumar, pueden poner en riesgo su salud. Manténgase al día con sus visitas habituales a su proveedor de atención médica.

Hable con amigos que se preocupan por usted. Déjeles saber a sus familiares y amigos cuando usted desea hablar de su esposo o esposa. Puede ayudarle estar con gente que le permite decir lo que usted está sintiendo.

Participe en un grupo de apoyo para personas que están sufriendo. A veces ayuda hablar con personas que también están sufriendo. Consulte con hospitales, comunidades religiosas y agencias locales para obtener información sobre grupos de apoyo.

Trate de no hacer cambios importantes inmediatamente. Es una buena idea esperar un tiempo antes de tomar decisiones importantes, como mudarse de casa o cambiar de trabajo.

Visite a su médico. Si está teniendo dificultad para realizar sus actividades diarias, como vestirse o preparar comidas, hable con su proveedor de atención médica.

No tema buscar ayuda profesional. A veces, una terapia de conversación a corto plazo con un consejero puede ayudar.

Recuerde que sus hijos también están sufriendo. Es posible que usted encuentre que su relación con sus hijos ha cambiado. Tomará tiempo para que toda la familia se ajuste a una vida sin su cónyuge.


El duelo toma tiempo. Es común tener altibajos emocionales por un tiempo.



Influencia de la reserva cognitiva en la calidad de vida en sujetos con enfermedad de Alzheimer

Un grupo de científicos de la Universidad de Salamanca llevó a cabo un estudio que tiene como objetivo principal analizar cómo influye la reserva cognitiva (RC) en la autopercepción subjetiva de la CV en sujetos diagnosticados de Enfermedad de Alzheimer (EA) y comprobar si existen perfiles diferenciales en función de la sintomatología depresiva y el estado cognitivo de los mismos

La calidad de vida (CV) se define como la percepción personal que un individuo tiene de su situación vital. Dentro de los factores que pueden influir en la CV, se encuentra la Reserva Cognitiva (RC), que podría entenderse como la capacidad del cerebro para hacer frente al daño cerebral generado por la patología, mediante procesos cognitivos preexistentes o compensatorios.

Participantes:

La muestra utilizada en la investigación estaba compuesta por 112 sujetos que participaron voluntariamente en el estudio y que se distribuyeron en dos grupos: uno de 74 sujetos formado por sujetos diagnosticados de Enfermedad de Alzheimer esporádica de inicio tardío (EA) de leve a moderada, y otro de 38 sujetos que en el momento de la exploración no presentaban ningún tipo de trastorno neurológico ni psiquiátrico, ni tampoco historia de alcoholismo o toxicomanía.

Instrumentos

La valoración de cada sujeto del grupo clínico comprendía una exploración neurológica completa realizada en el Servicio de Neurología del Hospital Clínico de Salamanca y una entrevista semiestructurada sobre aspectos sociodemográficos y clínicos. Para la valoración de la gravedad de la demencia, se utilizó el Mini Mental State Examination (MMSE; Folstein, Fols-tein y Mchugh, 1975), adaptación de Lobo (Lobo, Ezquerra, Bugarda, Sala y Seva, 1979), considerándose los siguientes puntos de corte: Función cognitiva normal 27-30, Déficit cognitivo leve 21-26 y Déficit cognitivo importante 11-20.

Para valorar esta autoconciencia de los déficits de forma adecuada, los profesionales requieren del uso de potentes autoinformes que aporten información sobre múltiples áreas. En este sentido, emerge el Inventario de Depresión de Beck como el instrumento más popular para valorar la autopercepción de sintomatología depresiva.

Por otra parte, en el presente estudio se ha utilizado el cuestionario de salud SF-36 para evaluar la autopercepción de la calidad de vida de la muestra. Según Vilagut et al. (2008), es uno de los instrumentos generales más empleados para evaluar la calidad de vida relacionada con la salud tanto en personas con alguna patología, como en la población general. Consta de 35 ítems clasificados en 8 dimensiones: función física, rol físico, dolor corporal, salud general, vitalidad, función social, rol emocional, y salud mental

En relación a la RC, la teoría establece que una serie de factores, congénitos o ambientales, proporcionan mecanismos cuantitativos y cualitativos que hacen al sujeto más resistente a los procesos patológicos cerebrales. El individuo con mayor reserva podría soportar más patología antes de que aparecieran las manifestaciones clínicas, que aquel otro con una menor reserva. Sánchez, Torrellas, Martín y Barrera (2011) proponen un modelo para clasificar a los pacientes en alta y baja reserva cognitiva, en base a las puntuaciones que toman de las variables socioeconómicas de los pacientes. Los factores que intervienen en el modelo son: Escolarización del padre (ns/nc, estudios no superiores, estudios superiores); Cualificación de la profesión del padre (ns/nc; no cualificado-cualificado; altamente cualificado); Estudios del paciente (estudios no superiores; estudios superiores); Ocupación del paciente (no cualificado-cualificado; altamente cualificado); Implicación cognitiva de dichas actividades lúdicas (ns/nc, No Si); Compromiso social (ns/nc; no o baja; moderada-alta) Actividad Intelectual (ns/nc; no o baja; moderada-alta); Lectura actual (ns/nc no-baja-moderada, alta). La información en relación a estas variables se ha recogido mediante la entrevista semiestructurada mencionada anteriormente, y en función de las puntaciones obtenidas en ellas, se han clasificado a los sujetos en alta y baja reserva cognitiva.

Resultados

Con respecto al estado cognitivo, se encontró una puntuación promedio más elevada en los pacientes con RC alta, en relación a los sujetos con baja reserva, siendo significativa la diferencia. Por el contrario, en el grupo control todos los participantes se situaron en el rango correspondiente al funcionamiento cognitivo normal (MMSE >27).
En relación con la variable estado de ánimo, el BDI informó de un comportamiento similar en los sujetos incluidos en ambas categorías de RC, tanto en el grupo con patología como en el grupo control.
En relación a la variable RC, destacar que los sujetos con mayor RC, puntuaron más alto en cada una de las dimensiones del SF-36.

Conclusiones


Como conclusión final, comentar que el presente estudio sugiere que la reserva cognitiva podría ser una fuente de influencia en la percepción de la calidad de vida de las personas con EA, en la medida en que sus diversos componentes conducirían a la consecución de una capacidad funcional más óptima y una aceptación del estado cognitivo y emocional más favorable.


Fuente:
Sánchez-Rodríguez, J.,L., Torrellas-Morales, C., & Fernández-Gómez, M.,J. (2013). Influencia de la reserva cognitiva en la calidad de vida en sujetos con enfermedad de alzheimer. Anales De Psicología, 29(3), 762-771. doi:http://dx.doi.org/10.6018/analesps.29.3.138201

¿Qué es el Alzheimer?

La Enfermedad de Alzheimer es una enfermedad degenerativa del cerebro para la cual no existe cura alguna. Lenta e inevitablemente, la enfermedad ataca las células nerviosas en todas las partes de la corteza del cerebro, deteriorando así las capacidades de la persona de controlar las emociones, reconocer errores y patrones, coordinar el movimiento y recordar. En última instancia, la persona pierde toda la memoria y el funcionamiento mental. Aproximadamente la mitad de las personas en los hospicios para ancianos y casi la mitad de todas las personas mayores de 85 años sufren de la Enfermedad de Alzheimer. Es ahora la cuarta causa principal de muerte en los adultos y, a menos que se desarrollen métodos eficaces para la prevención y el tratamiento.

El Alzheimer es la causa más común de demencia en las personas mayores. La demencia se caracteriza por la pérdida del funcionamiento cognitivo, es decir, el pensar, recordar y el razonamiento, a un grado que llega a afectar el desenvolvimiento de las actividades de la vida diaria de la persona.
La enfermedad toma su nombre del Dr. Alois Alzheimer. En 1906, el Dr. Alzheimer notó cambios en los tejidos del cerebro de una mujer que había muerto de una rara enfermedad mental. Sus síntomas incluían pérdida de la memoria, problemas de lenguaje y comportamiento impredecible. Después que la mujer murió, el Dr. Alzheimer examinó su cerebro y descubrió varias masas anormales (actualmente llamadas placas amiloideas) y bultos retorcidos de fibras (actualmente llamados ovillos o nudos neurofibrilares).
Las placas y los ovillos en el cerebro son dos de las características principales de esta enfermedad. La tercera característica es la pérdida de las conexiones entre las células nerviosas (las neuronas) y el cerebro.
Características cerebrales de una persona con Alzheimer

Los ovillos empiezan a desarrollarse en la parte profunda del cerebro, en una zona llamada corteza entorinal, y las placas se forman en otras zonas. A medida que se van formando más y más placas y ovillos en zonas particulares del cerebro, las neuronas sanas empiezan a funcionar con menos eficacia. Luego pierden su habilidad de funcionar y comunicarse entre sí, y finalmente mueren. Este perjudicial proceso se propaga a una estructura cercana, llamada el hipocampo, el cual es esencial en la formación de recuerdos.
A medida que aumenta la muerte de las neuronas, las regiones afectadas del cerebro empiezan a encogerse. Cuando se acerca la fase final de la enfermedad, los daños se han extendido ampliamente y los tejidos del cerebro se han encogido considerablemente.
Las primeras señales de la enfermedad son problemas con la memoria. Empiezan a ocurrir olvidos de manera más frecuente que en otras personas de la misma edad. Muchas veces las personas que tienen esta sintomatología poseen una condición llamada deterioro cognitivo leve (DCL), pero sus síntomas no son tan severos como los de aquellas que tienen la enfermedad. Cuando son comparadas con personas que no tienen DCL, la mayoría de las personas que sí lo tienen terminan desarrollando el Alzheimer.
Se puede clasificar el Alzheimer en relación al grado de gravedad en que se presenta la enfermedad:
Enfermedad de Alzheimer leve

A medida que la enfermedad va avanzando, la pérdida de la memoria continúa y surgen cambios en otras capacidades cognitivas. Los problemas pueden incluir perderse, dificultad para manejar el dinero y pagar las cuentas, repetir las preguntas, tomar más tiempo para completar las tareas diarias normales, juicio deficiente y pequeños cambios en el estado de ánimo y en la personalidad. Las personas frecuentemente son diagnosticadas durante esta etapa.

Enfermedad de Alzheimer moderada

En esta etapa, el daño ocurre en las áreas del cerebro que controlan el lenguaje, el razonamiento, el procesamiento sensorial y el pensamiento consciente. La pérdida de la memoria y la confusión aumentan, y las personas empiezan a tener problemas para reconocer a familiares y amigos. Tal vez no puedan aprender cosas nuevas, llevar a cabo tareas que incluyen múltiples pasos (tales como vestirse) o hacer frente a situaciones nuevas. Es posible que tengan alucinaciones, delirio y paranoia, y quizás se comporten impulsivamente.

Enfermedad de Alzheimer severa

Al llegar a la etapa final, las placas y ovillos se han extendido por todo el cerebro y los tejidos del cerebro se han encogido considerablemente. Las personas que padecen de una enfermedad de Alzheimer severa no pueden comunicarse y dependen completamente de otros para su cuidado. Cerca del final, la persona quizás pase en cama la mayor parte o todo el tiempo a media que el cuerpo va dejando de funcionar.
La causa de la enfermedad de Alzheimer no está todavía clara para los científicos. Se están estudiando los ovillos y las placas en el cerebro junto con otras características de la enfermedad. Es probable que las causas incluyan factores genéticos, ambientales y del estilo de vida. Debido a que las personas difieren en cuanto a su composición genética y sus estilos de vida, la importancia de estos factores para prevenir o retrasar esta enfermedad varía de persona a persona.

Otra pregunta importante acerca de la enfermedad es por qué afecta principalmente a los adultos mayores. Avances en las investigaciones apuntan a que los cambios producidos en el cerebro por la edad pueden perjudicar las neuronas y contribuir a los daños de Alzheimer. Estos cambios relacionados a la edad incluyen la atrofia (encogimiento) de ciertas partes del cerebro, inflamación y la producción de moléculas inestables llamadas radicales libres.

Factores genéticos                 
                        
En la enfermedad de Alzheimer influyen factores genéticos que predisponen a la personas para sufrirla. La mayoría de las personas que padecen de Alzheimer tienen el tipo llamado Alzheimer de aparición tardía, la cual usualmente se desarrolla después de la edad de 60 años. Muchos estudios han vinculado un gene llamado apolipoproteina E (APOE) a la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía. Este gene tiene varias formas. Una de ellas, APOE 4, aumenta el riesgo de que una persona contraiga la enfermedad. Cerca de un 40 por ciento de todas las personas que desarrollan Alzheimer de parición tardía son portadoras de este gene. Sin embargo, ser portador de la forma APOE 4 del gene no significa necesariamente que una persona desarrollará la enfermedad, y las personas que no son portadoras de las formas APOE 4 del gene también pueden desarrollar la enfermedad.

Factores relacionados al estilo de vida

Una dieta nutritiva la actividad física y la participación en situaciones y relaciones sociales y en actividades mentalmente estimulantes son todos factores que pueden ayudar a las personas a permanecer sanas. Los nuevos estudios sugieren la posibilidad de que estos factores también pueden ayudar a reducir el riesgo de una declinación cognitiva y de contraer la enfermedad. Los científicos están investigando las conexiones entre la declinación cognitiva y ciertas condiciones vasculares y metabólicas tales como las enfermedades cardiacas, los accidentes cerebrovasculares (derrames cerebrales), la presión arterial alta, la diabetes y la obesidad. Entender estas relaciones y comprobarlas en investigaciones clínicas puede ayudarnos a entender si la reducción de ciertos factores de riesgo asociados con esas enfermedades también puede ayudar con la enfermedad de Alzheimer.

Diagnostico de la enfermedad

El Alzheimer se puede diagnosticar de manera definitiva luego de ocurrida la muerte de la persona. Pero los médicos ahora tienen varios métodos y herramientas que les ayudan a determinar con bastante precisión si una persona que está teniendo problemas de la memoria “posiblemente tiene Alzheimer” (la demencia puede ser debida a otra causa)o “probablemente tiene Alzheimer” (no se encuentra otra causa que explique la demencia). Para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer, los médicos hacen lo siguiente:

  • ·         Preguntar sobre la salud general de la persona, sus problemas médicos previos y su capacidad para realizar actividades diarias, y sobre cambios en el comportamiento y en la personalidad.
  • ·         Realizan pruebas relacionadas a la memoria, a la capacidad de resolver problemas, prestar atención y contar, y a las habilidades de lenguaje.
  • ·         Llevan a cabo pruebas médicas, tales como pruebas de sangre, orina y fluido espinal.
  • ·         Efectúar gamagrafías del cerebro, tales como la tomografía computarizada (TAC o CT en inglés), o las imágenes por resonancia magnética (IRM o MRI en inglés).


Estas pruebas pueden ser repetidas para darles a los médicos información sobre cómo la memoria de la persona está cambiando a través del tiempo.

Tratamiento

El Alzheimer es una enfermedad compleja y no existe una única “varita mágica” que probablemente la pueda prevenir o curar. Por eso los tratamientos actuales se concentran en varios aspectos diferentes, inclusive en ayudar a las personas a mantener su funcionamiento mental, en manejar los síntomas relacionados al comportamiento, y en desacelerar, retrasar o prevenir la enfermedad.

Cómo apoyar a las familias y a las personas que cuidan a los enfermos

Cuidar a una persona que padece de la enfermedad de Alzheimer puede tener altos costos físicos, emocionales y financieros. Las demandas del cuidado diario, el cambio en las funciones de la familia y las duras decisiones relacionadas a la colocación del enfermo en un centro de cuidados pueden ser muy difíciles de manejar. Los científicos están aprendiendo mucho sobre el cuidado de las personas que padecen de Alzheimer, y los estudios están ayudando a los expertos a desarrollar nuevas maneras de brindar apoyo a las personas encargadas de cuidar a los enfermos.

Llegar a estar bien informado sobre la enfermedad es una estrategia a largo plazo importante. Los programas que instruyen a las familias sobre las diferentes etapas de la enfermedad de Alzheimer y sobre estrategias flexible y prácticas para manejar situaciones difíciles cuando se proporcionan cuidados, proveen una ayuda vital a aquellas personas que cuidan a individuos afectados con esa enfermedad.


Desarrollar tácticas útiles para enfrentar las dificultades y una sólida red de apoyo que incluye a familiares y amigos, también son maneras importantes por medio de las cuales las personas encargadas de proporcionar cuidados pueden ayudarse a sí mismas a manejar el estrés de cuidar a un ser querido que padece de Alzheimer. Por ejemplo, mantenerse activo físicamente proporciona beneficios físicos y emocionales.



Fuente:
http://www.nia.nih.gov/espanol/publicaciones/la-enfermedad-de-alzheimer

sábado, 28 de junio de 2014

Autocuidados en el adulto mayor

Uno de los factores más importantes a considerar en relación al aumento de la longevidad es el de autocuidado. Esto implica asumir voluntariamente el cuidado de la propia salud mediante el aprendizaje de conductas dirigidas a mantener nuestro bienestar.

Importancia del autocuidado:

        Es  mantener una buena salud, prevenirla y reconocer tempranamente la enfermedad, participar activamente de su recuperación integral de la salud.   
  
   El autocuidado requiere que las personas asuman la responsabilidad en el cuidado de su salud y las consecuencias de las acciones que realizan.
        Reconocer que una conducta (Ejm. Fumar) es directamente responsable de la enfermedad (cuadro pulmonar crónico) puede llevarlas a reorientar el rol que asumen en el cuidado de su salud.
Estas prácticas están orientadas a la promoción de la salud mediante la prevención de enfermedades, realización de actividades físicas como ejercicios. Con todo esto se busca propiciar la calidad de vida en el adulto mayor y adaptarse favorablemente a los cambios que acontecen en esta etapa de la vida, asegurando la independencia y funcionalidad en sus actividades diarias.

Estilos de vida saludable

Dentro de los estilos de vida saludables encontramos la práctica de actividades físicas.
La actividad física son los ejercicios físicos planificado para cada persona de forma progresiva, diario o interdiario para  mantener la fortaleza de los músculos y los huesos. Es buena a cualquier edad.              “muy viejo” y “muy débil” no son razones suficientes para  prohibir la actividad física. Su médico puede         hablarle e indicarle si está en condiciones de realizar ejercicios, y sobre la importancia de la actividad física en su vida.

Los efectos de la actividad física son:

·         Fortalece los huesos y músculos.
·         Permite una sensación de bienestar y disminuye la tristeza, el estrés y la ansiedad.
·         Disminuye la grasa (colesterol) y el azúcar en la sangre.
·         Ayuda a dormir mejor y relajado.
·         Mejora la capacidad de memoria, la atención y concentración.
·         Mejora el funcionamiento del corazón y la circulación de la sangre.

Alimentación y nutrición saludable

Una de las mejores maneras de darle al cuerpo la nutrición que necesita es comiendo a  diario una variedad  de  alimentos  y  bebidas con un adecuado contenido de  nutrientes. Una buena nutrición promueve y mantiene la salud, retrasando algunos cambios del envejecimiento, disminuyendo la frecuencia      de algunas enfermedades.

Autocuidados de la alimentación en el adulto mayor

        Conocer y acceder a los alimentos saludables.
        Tener  una alimentación balanceada.
        Consumir frutas, verduras, legumbres y cereales.
        Consumir pescado fresco, aves.
        Consumir frecuentemente agua. Es importante beber líquidos  a lo largo del día.
        Comer despacio y en    bocados pequeños para evitar atragantarse y/o aspirar alimento.
        Consumir comida variada, con  sabor,   olor y buena presentación a la vista.
        Evitar   frituras, grasas,  embutidos, quesos mantecosos, bebidas gaseosas, ají, alimentos enlatados.
        Evitar    el exceso de sal   y azúcar en las  comidas y carnes rojas.
        Disfrutar de la alimentación en familia, fomente la comunicación al comer. Haga de la hora de la  comida un momento especial.
        Consuma alimentos de temporada, frescos, integrale,  sin conservantes y/o preservantes.
         Evite los cambios bruscos y las temperaturas   extremas en los  alimentos (muy caliente o muy fría).

Higiene corporal

El asea y arreglo personal muestran una imagen agradable de la persona y contribuyen en su autoestima, haciéndole sentirse mejor con ellos mismos.
El baño ayuda a quitar las impurezas de la piel, la hidrata y le proporciona relajamiento. Debe propiciarse el baño diario, evitando el agua muy caliente o fría. Luego del baño es recomendable utilizar cremas hidratantes ya que el contacto persistente con el agua reseca la piel.
En cuanto al cabello, debe lavarse con shampú suave unas dos o tres veces a la semana. Debe cepillarse todos los días  con cuidado para estimular la circulación capilar.
Salud mental en el adulto mayor

Emociones

Las emociones son estados afectivos que las personas experimentan ante diversas situaciones.
El adulto mayo debe propiciar tener emociones positivas ya que influyen en gran medida en la salud. En este punto es importante el apoyo de la familia y de las amistades para asegurar el bienestar emocional del anciano.

La actividad cognitiva

La cognición es un proceso por el cual la persona capta los aspectos de la realidad a través de los órganos sensoriales con el propósito de comprender su entorno.
Dentro de los procesos cognitivos se encuentra la memoria

Memoria

Es una capacidad del ser humano que le sirve para guardar hechos de su vida y recordarlos luego. Esta capacidad se puede entrenar, mejorar y mantener en las personas mayores
Para cuidar el funcionamiento de la memoria en los adultos mayores debe mantenerse activa en el aspecto mental, social y cultural. El hábito de la lectura ayuda de gran manera a que la memoria se mantenga ejercitada.

La autoestima

La autoestima es la forma como uno se quiere y se cuida, fomentando la independencia y autonomía, sintiéndose útil, responsable y orgulloso de sus acciones.

Es importante desarrollar una buena autoestima para llevar una vida saludable y de calidad. Para esto es recomendable llevar una vida saludable que le permita al adulto mayor desenvolverse autónomamente. También es importante saber reconocer las propias cualidades y desarrollarlas más mediante la realización de actividades que faciliten un buen estado anímico.



Fuente:
http://www.minsa.gob.pe/portada/Especiales/2011/adulto/materiales/Rotafolio.pdf

jueves, 26 de junio de 2014

Estudio comparativo de dos programas de entrenamiento de la memoria en personas mayores con quejas subjetivas de memoria: un analisis preliminar.

A pesar del declive cognitivo que se produce con la edad, numerosos estudios han demostrado la eficacia que tienen los programas de entrenamiento de la memoria para mejorar diversas áreas neurocognitivas en las personas mayores. Este estudio tiene por objetivo analizar de forma preliminar el efecto diferencial de dos programas de entrenamiento de la memoria en personas mayores sobre diversas funciones cognitivas.

Método

Participantes

A partir de la programación de intervención psicosocial presentado por el Ayuntamiento de Torre Pacheco, se convocó a cuantas personas de la tercera edad se mostraran interesadas en participar voluntariamente en un programa de entrenamiento de la memoria. De ellas, se seleccionaron 24 personas mayores de 60 años cuyo diagnóstico clínico fue el de olvido benigno con un deterioro cognitivo muy leve acompañado de quejas subjetivas de memoria Las personas seleccionadas fueron distribuidas aleatoriamente en dos grupos de entrenamiento: un primer grupo que recibió un entrenamiento sistematizado en olvidos cotidianos (G1: 12 sujetos); y un segundo grupo que recibió un entrenamiento sistematizado en estrategias de memoria (G2: 12 sujetos). Finalmente, la muestra se redujo a 18 personas por razones de mortandad experimental (abandono del taller, o asistencia inferior a un 70% de las sesiones), distribuidos de la siguiente manera: 8 sujetos en G1 y 10 sujetos en G2.

Pruebas e instrumentos utilizados

A) Fase de selección de los sujetos  
    
Se utilizaron las siguientes pruebas para diagnosticar a los participantes con deterioro cognitivo muy leve:
1. El Mini-Examen-Cognoscitivo, adaptación española de Lobo et al. del Mini-Mental State Examination: MMSE), uno de los instrumentos de screening más utilizados en la detección del deterioro cognitivo que explora de forma rápida y estandarizada orientación temporoespacial, memoria in-mediata y a largo plazo, atención, cálculo, lenguaje, razonamiento abstracto y praxias.2. La Escala abreviada de depresión geriátrica de Yesavage (Sheik &Yesavage, 1986), que tiene por objetivo evaluar la depresión en personas mayores a través de preguntas a las que el sujeto deber responder “si” o “no”.
3. Tres preguntas de Quejas de Memoria, a las cuales había que responder, como mínimo, a dos respuestas del tipo A (Montejo et al., 1997):
–¿Tiene usted problemas de memoria?:
A. Si   B. No
–¿Olvida usted dónde pone las cosas (monedero, llaves, gafas, etc.)?
A. Con frecuencia B. Raras veces
–¿Olvida a veces el nombre de personas que conoce co-mo amigos, parientes o personajes públicos?
 A. Con frecuencia B. Raras veces

B) Fase de evaluación neuropsicológica:

Tras la selección inicial de los participantes que iban a formar parte década uno de los Programas de Entrenamiento, estos fueron sometidos a una segunda exploración neuropsicológica más exhaustiva para analizar la eficacia del programa de entrenamiento y llevar a cabo un análisis diferencial de la eficacia de los programas de intervención utilizados. Dicha exploración incluía los siguientes campos:
1. Una evaluación de las quejas subjetivas de memoria mediante la versión adaptada del Cuestionario de Fallos de Memoria de la vida cotidiana (MFE: Memory Failures in Everyday Memory) García & Sánchez-Cánovas, 1993), una prueba cuyo formato de respuesta es una escala Likert de 9 puntos que pregunta por el número de ocasiones en que ha ocurrido el fallo durante los tres meses anteriores a la administración de la prueba. En dicha escala, 1 corresponde a “Ni una sola vez en los últimos tres meses” y 9 a “más de una vez al día en los tres últimos meses”.

2. Una evaluación de la memoria objetiva, a través de las siguientes pruebas:
·         La versión extendida (RBMT-E) del Test Conductual de Memoria Rivermead (RBMT: Rivermead Behavioural Memory Test) (De Wall, Wilson, & Baddeley, 1994), una prueba diseñada para evaluar la memoria cotidiana desde una perspectiva ecológica.
·         Span verbal de Dígitos (directo e inverso), unos subtests de la Escala de Inteligencia del Adulto (WAIS III) (Wechsler, 1997).
·         Test de cubos de Corsi (CBT: Corsi Block-Tapping Test) (Kes-sels, van Zandvoort, Postma, Kappelle, & de Haan, 2000). Es una prueba que evalúa atención y memoria vi-soespacial; en concreto, la amplitud de la atención focali-zada y de la memoria (Span visuoespacial directo) y el rendimiento en memoria de trabajo (Span visuoespacial inverso).

c) Fase de entrenamiento

Los dos grupos recibieron un programa de entrenamiento de la memoria de tipo multifactorial. Si bien en ambos grupos se incluían algunos módulos de contenido común -metamemoria, entrenamiento de la atención y el lenguaje, ayudas externas y metacognición, el primero de ellos (G1) recibió un entrenamiento sistematizado en olvidos cotidianos, mientras que el segundo de ellos (G2) recibió un entrenamiento sistematizado en estrategias mnemotécnicas. El equipo de investigación diseñó la estructura, formato y materiales de cada uno de los talleres para adaptarlos lo mejor posible a los objetivos de la investigación y al control de posibles variables extrañas.

Procedimiento

Los participantes fueron seleccionados, evaluados y formaron parte de los programas de entrenamiento a través del Programa de Mayores del Ayuntamiento de Torre Pacheco. Mediante la información previa ofertada por el Servicio, un grupo de personas mayores de 60 años se presentaron voluntariamente para ser seleccionados y formar parte de los talleres de entrenamiento. En la medida en que cumplían los criterios de inclusión y tenían similar nivel cultural pasaron a formar parte del estudio. Previamente se les había informado de las características generales de la investigación y se mostraron interesados en participar de forma voluntaria en ella.
Con el fin de que las comparaciones entre los dos programas fueran lo más equiparadas posible, igualamos al máximo las características en la implementación en cuanto a: número inicial de participantes (12 participantes), aplicación (grupal), número de sesiones (15), duración de las sesiones (90 minutos), duración del programa (8 semanas), frecuencia semanal (2 sesiones semanales), metodología de trabajo (participación activa) y horario (hora y media). La diferencia fundamental entre los dos programas estuvo, por un lado, en la organización del contenido de las sesiones y, por el otro, en buena parte de los materiales de estimulación utilizados.
Finalmente, los sujetos fueron distribuidos al azar en los dos grupos. Además, el monitor, que desconocía los objetivos de la investigación, fue el mismo en ambos talleres.
Una vez finalizado el programa de entrenamiento, todos los sujetos participantes fueron sometidos a una evaluación neuropsicológica post-test en la que se utilizaron las mismas pruebas que en la fase pre-test. Dicha evaluación se realizó tan sólo a una semana de la finalización del programa.

Conclusiones:

Como muestran los distintos análisis, tanto descriptivos como de significación, se puede concluir que todos los sujetos que reciben un Programa de entrenamiento de la memoria mejoran, aunque de forma moderada, su percepción subjetiva de la misma, en el sentido de que informan posteriormente de menos quejas subjetivas de memoria, o de que se producen con menos frecuencia. Dicha mejora en los grupos de entrenamiento es independiente del tipo de entrenamiento cognitivo recibido –mnemotécnico vs centrado en olvidos cotidianos. Estos resultados no son acordes con los espera-dos, puesto que se esperaba que un entrenamiento basado en olvidos cotidianos fuera algo más eficaz que el de estrategias nemotécnicas en cuanto a la reducción de las quejas subjetivas de memoria.



Fuente:
García-Sevilla, J., Fernández, P.,J., Fuentes, L. J., & López, J.,J. (2014). Estudio comparativo de dos programas de entrenamiento de la memoria en personas mayores con quejas subjetivas de memoria: Un analisis preliminar. Anales De Psicología, 30(1), 337-345. doi:http://dx.doi.org/10.6018/analesps.30.1.158021