domingo, 6 de abril de 2014

La depresión en el envejecimiento

La vejez es a menudo vista como un tiempo para descansar, reflexionar y la oportunidad de hacer cosas que se postergaron a causa de la crianza de la familia y el desenvolvimiento profesional.

Desafortunadamente el proceso de envejecimiento no siempre es tan idílico. Acontecimientos en ocurrido en edades avanzadas como los trastornos médicos crónicos y debilitantes, la pérdida de familiares y seres queridos  y la imposibilidad de participar en actividades que se disfrutan pueden llegar a ser una carga pesada para el bienestar emocional de una persona mayor.

Un adulto mayor también puede sentir una pérdida de control sobre su vida debido a la pérdida de visión, pérdida de la audición y otros cambios físicos, así como  presiones externas, tales como recursos financieros limitados. Estas y otras cuestiones a menudo dan lugar a emociones negativas como tristeza, ansiedad, soledad y baja autoestima, que a su vez puede conducir a aislamiento social y la apatía.

Depresión

Otro resultado más grave es la depresión crónica o la depresión que es recurrente y persistente. La depresión crónica tiene consecuencias físicas y mentales que puedan complicar el estado de salud de los adultos mayores y desencadenar nuevas preocupaciones.

Hay evidencia de que algunos cambios corporales naturales asociados con el envejecimiento pueden aumentar el riesgo de sufrir depresión. Estudios recientes sugieren que las concentraciones más bajas de folato en la sangre y el sistema nervioso pueden contribuir a la depresión, deterioro mental y la demencia. Los investigadores también sospechan que puede haber una relación entre la aparición de la depresión en la tercera edad y la enfermedad de Alzheimer.

Independientemente de la causa, la depresión puede tener efectos físicos alarmantes sobre las personas mayores. La tasa de mortalidad para los hombres y mujeres de edad avanzada que sufren de depresión y sentimientos de soledad es más alta que para los que reportan estar satisfechos con sus vidas. Los programas de tratamiento para los pacientes ancianos con depresión que sufren de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades importantes por lo general tardan más de lo normal y tienen menos éxito.

Además, los sentimientos de desesperanza y aislamiento que a menudo estimulan pensamientos de suicidio son más frecuentes entre los adultos mayores, especialmente aquellos con discapacidades o confinados a los hogares de ancianos.

La depresión también puede tener potencialmente otros efectos nocivos para la salud de una persona mayor. La depresión puede conducir a hábitos alimenticios que dan lugar a la obesidad o, por el contrario, puede causar una pérdida significativa de apetito y disminuir los niveles de energía, resultando en ocasiones en una condición conocida como anorexia geriátrica.

Adultos mayores con depresión también experimentan mayores tasas de insomnio y pérdida de memoria. También tienen mayor tiempo de reacción que las personas saludables, lo que aumenta los riesgos asociados con la cocina, la conducción, la automedicación y otras actividades que requieran atención.

¿Qué se debe hacer?

Mientras que el envejecimiento es una parte inevitable de la vida, la depresión no tiene que ser parte de ella. Los investigadores coinciden en que la detección temprana, el diagnóstico y el tratamiento pueden contrarrestar y prevenir las consecuencias emocionales y físicas de la depresión.

Estas son algunas de las cuestiones a tener en cuenta en el tratamiento de la depresión en los adultos mayores:

Sea consciente de las limitaciones físicas. Anime al adulto mayor a consultar con un médico antes de hacer cambios en la dieta o de emprender cualquier nueva actividad que pueda implicar fuerza física.

Respetar las preferencias individuales. Debido a que las personas mayores tienden a ser más susceptibles a los cambios de estilo de vida, pueden mostrarse reacios a adoptar nuevos hábitos o hacer cosas que sus compañeros encuentran muy agradable. Un psicólogo que se especializa en temas de envejecimiento puede ayudar a adaptar una estrategia individualizada para combatir la depresión.


Sea delicado. Una persona mayor con la autoestima frágil puede interpretar el estímulo bien intencionado como una prueba más de su delicada condición. Otros pueden rechazar cualquier intento de intervención. Un psicólogo puede ayudar a los amigos y miembros de la familia a elaborar enfoques positivos para hacer frente a estos y otros temas delicados.



Fuente:
http://www.apa.org/helpcenter/aging-depression.aspx

4 comentarios:

  1. Gracias por compartir atículos tan importantes para el desarrollo humano. Es muy importante facilitar orientación psicológica a la gente mayor, ya que en esta etapa de la vida pueden tener muchos temores debido a su avanzada edad. Muchas preguntas quizá se asocien a ellos, y la ayuda psicológica hacia los familiares de éstos también es un punto a tomar muy en cuenta, como dice en el artículo. Gracias, saludos.

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    1. Gracias por tu interés en el tema. Es fundamental saber distinguir las señales en su conducta que nos muestran estas personas para poder brindarles ayuda y procurar que tengan la mejor calidad de vida posible.

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  2. Es tan importante lo que le puede suceder a los adultos mayores, saber como se les debe de tratar, y estar pendientes de sus cambios. Gracias por compartir más sobre ellos. Exitos

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    1. Se debe asumir una actitud vigilante ante cualquier conducta que pueda relacionarse con la depresión y apoyar al adulto mayor en todas las dificultades que pueda presentar.

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