miércoles, 2 de abril de 2014

Envejecimiento y calidad de vida en una sociedad multicultural. Factores a considerar


El envejecimiento es un hecho indiscutible de la sociedad actual. Las pirámides de población  están cambiando debido a diferentes fenómenos, entre ellos cabe destacar, las bajas tasas de natalidad y de mortalidad, así como el aumento en la esperanza de vida en los países  occidentales, que hace que los gobiernos se preocupen del envejecimiento como una situación  que ha cambiado vertiginosamente y que afecta a sus políticas de actuación. La medición de  la Calidad de Vida Relacionada con la Salud (CVRS) en el envejecimiento no es posible con  los indicadores clásicos de morbilidad y mortalidad, de ahí la importancia de utilizar  instrumentos válidos que midan los factores que influyen en la heterogeneidad del  envejecimiento. En las sociedades multiculturales como es el caso de la ciudad española de  Ceuta, situada al norte de Marruecos, el envejecimiento puede estar influenciado por factores  como la aculturación, la forma de vivir la religión, el grupo al que se pertenezca, el barrio  donde se resida, las necesidades que se posean y las que se cubran por parte del estado y por  procesos históricos que han producido un cambio en la sociedad actual, donde personas que  fueron inmigrantes hoy forman un activo del envejecimiento de la ciudad.

Tasas bajas de fecundidad sumadas a tasas de mortalidad en descenso han provocado un envejecimiento general en las sociedades. Esta situación lleva a los Estados a dar respuesta a las nuevas necesidades  sociales emergentes que obligan a reorientar la actuación pública, pues, se sabe que a medida  que sobrepasamos los 65 años de edad se aumenta progresivamente la probabilidad que en los  próximos años aparezca una limitación en la funcionalidad: de todos los adultos mayores .

El envejecimiento está condicionado en parte por factores genéticos, pero los factores  externos juegan un papel muy importante en su modulación. Dentro de los factores no  genéticos: el estilo de vida y los hábitos (alimentación, tabaquismo, ejercicio, trabajo,  ambiente, etc.) son muy importantes, así como el desarrollo de enfermedades crónicas que  aceleran el envejecimiento (como la diabetes mellitus). La modificación de los factores de  riesgo puede atenuar el envejecimiento, de modo que en ausencia de enfermedad, la  declinación de la reserva homeostática no causa síntomas y determina escasas restricciones en  las actividades de la vida diaria, a pesar de la edad. Por lo que se asegura que el  envejecimiento no tiene una sola causa, y esto ha llevado a diferentes teorías acerca del  envejecimiento de la persona, que se  han  dividido en dos grandes categorías: Las que afirman que el proceso de envejecimiento sería el  resultado de la suma de alteraciones que ocurren en forma aleatoria y se acumulan a lo largo  del tiempo (teorías estocásticas), y las que suponen que el envejecimiento estaría  predeterminado (teorías no estocásticas).
Calidad de vida

Calidad de vida, salud y ancianidad son términos que han evolucionado  simultáneamente a lo largo de la historia, por lo que el término en conjunto se evalúa en  relación a los términos humanistas y científicos que existen en cada época en la que se  estudia.

Existen múltiples razones para aplicar el Indicador de Calidad de Vida relacionada con la Salud (CVRS) entre las que se destaca la preocupación actual de las personas, a medida que se incrementa su esperanza de vida. La transición demográfica actual con la disminución de  los nacimientos y de la mortalidad, marcadamente en los países desarrollados, ha hecho que la esperanza de vida se incremente, lo que viene acompañado de un aumento de la discapacidad. Entre los distintos elementos a tener en cuenta, se encuentran los servicios de salud, que han de contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida.

El sector salud ha de dar su aporte desde distintos ángulos, para mejorar el Estado de Salud de la Población, el mejoramiento continuo de la calidad de la atención médica, el papel de la economía en la salud, mediante todos aquellos aspectos que inciden en la calidad de vida relacionada con la salud, o sea del "efecto de los tratamientos o intervenciones sanitarias en el bienestar de los pacientes", y es precisamente sobre este particular que realizamos el presente estudio.

Resulta entonces necesario medir la Calidad de Vida Relacionada con la Salud  (CVRS), que no es posible hacerlo solo con los indicadores clásicos de morbilidad y  mortalidad. Los profesionales y estudiosos del tema, se ven obligados a utilizar otros  instrumentos, que en el marco de la tercera edad debe al menos contemplar aspectos como el  estado de salud, el estado funcional, la predicción de incapacidad y la determinación de  factores de riesgo. Para, partiendo de esta información, planificar programas preventivos, así  como acciones concretas de salud. Sirva como ejemplo, el metaanálisis de estudios  transversales realizado en población española sobre factores de riesgo cardiovascular, donde  los autores encuentran que el porcentaje de obesidad/sobrepeso es del 48.3% (20% obesos) de  la población estudiada

No obstante, resulta de interés resaltar que todas las mediciones de calidad de vida son  medidas indirectas de una condición. Si la calidad pudiera ser cuantificada dejaría de ser una calidad. Las medidas cuantitativas usadas en calidad de vida no deben ser juzgadas en términos de su verdad o falsedad, sino en función de su adecuación para acercarnos a nuestro  objeto de interés. Espinosa apunta que nunca se podrá comprobar directamente la calidad,  pero no se deben obviar los métodos indirectos tanto biológicos como sociales, religiosos,  culturales y mentales que nos acercarán a la situación con su realidad.
Es importante valorar el impulso que el Estado a través de distintos organismos hace para que la salud sea un éxito en la población mayor desde diferentes situaciones tal y como recoge el Capítulo 3 del Informe 2006 de las Personas Mayores en España: Desde el ámbito académico se han destacado las diferencias en la génesis de los estados de bienestar europeos, que han dado lugar a diferencias institucionales importantes y, sobre todo, a un reparto muy desigual de la provisión del bienestar entre distintos agentes. Se reconoce con ello que la protección social no es un asunto exclusivo del Estado o de las instituciones públicas; las familias, las instituciones sin ánimo de lucro y la Iglesia intervienen también en la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos.

A modo de conclusiones.

1. En la Calidad de vida se deben valorar y evaluar dimensiones que deben surgir de las necesidades observables en las personas mayores.

2. Evaluar los aspectos sociales de la Calidad de Vida Relacionada con la Salud en un entorno multicultural resulta del máximo interés.

3. La heterogeneidad de las personas mayores en cuanto a formas de vivir la religión, las tradiciones, los comportamientos y las vivencias debe ser contemplada en todos los estudios de ciencias de la salud y sociales que se realicen.

4. Las diversas dimensiones que conforman la Calidad de Vida Relacionada con la Salud, deben estudiarse junto con otras herramientas de las que se extraigan conclusiones acerca de otras dimensiones que afecten a la persona mayor, como en el caso de Ceuta, las derivadas de la multiculturalidad y entorno geográfico y político fronterizo. La realidad ceutí de las personas mayores se fundamenta en los trazos históricos de la propia ciudad y de la aculturación recibida.

6. Los resultados totales del valor de la Calidad de Vida Relacionada con la Salud y de las dimensiones que la conforman, deben ser conocidos y tenidos en cuenta por las administraciones correspondientes para el mejor desarrollo de sus programas de política social para los mayores en el futuro.


Fuente:
http://www.revistascientia.es/files/2010/diciembre%202010/Articulo_10_Olmedo.pdf


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