El envejecimiento es un
hecho indiscutible de la sociedad actual. Las pirámides de población están cambiando debido a diferentes
fenómenos, entre ellos cabe destacar, las bajas tasas de natalidad y de
mortalidad, así como el aumento en la esperanza de vida en los países occidentales, que hace que los gobiernos se
preocupen del envejecimiento como una situación que ha cambiado vertiginosamente y que afecta
a sus políticas de actuación. La medición de la Calidad de Vida Relacionada con la Salud
(CVRS) en el envejecimiento no es posible con los indicadores clásicos de morbilidad y
mortalidad, de ahí la importancia de utilizar instrumentos válidos que midan los factores
que influyen en la heterogeneidad del envejecimiento.
En las sociedades multiculturales como es el caso de la ciudad española de Ceuta, situada al norte de Marruecos, el
envejecimiento puede estar influenciado por factores como la aculturación, la forma de vivir la
religión, el grupo al que se pertenezca, el barrio donde se resida, las necesidades que se posean
y las que se cubran por parte del estado y por procesos históricos que han producido un
cambio en la sociedad actual, donde personas que fueron inmigrantes hoy forman un activo del
envejecimiento de la ciudad.
Tasas bajas de fecundidad
sumadas a tasas de mortalidad en descenso han provocado un envejecimiento
general en las sociedades. Esta situación lleva a los Estados a dar respuesta a
las nuevas necesidades sociales
emergentes que obligan a reorientar la actuación pública, pues, se sabe que a
medida que sobrepasamos los 65 años de
edad se aumenta progresivamente la probabilidad que en los próximos años aparezca una limitación en la
funcionalidad: de todos los adultos mayores .
El envejecimiento está
condicionado en parte por factores genéticos, pero los factores externos juegan un papel muy importante en su
modulación. Dentro de los factores no genéticos:
el estilo de vida y los hábitos (alimentación, tabaquismo, ejercicio,
trabajo, ambiente, etc.) son muy
importantes, así como el desarrollo de enfermedades crónicas que aceleran el envejecimiento (como la diabetes
mellitus). La modificación de los factores de
riesgo puede atenuar el envejecimiento, de modo que en ausencia de
enfermedad, la declinación de la reserva
homeostática no causa síntomas y determina escasas restricciones en las actividades de la vida diaria, a pesar de
la edad. Por lo que se asegura que el envejecimiento
no tiene una sola causa, y esto ha llevado a diferentes teorías acerca del envejecimiento de la persona, que se han dividido
en dos grandes categorías: Las que afirman que el proceso de envejecimiento
sería el resultado de la suma de
alteraciones que ocurren en forma aleatoria y se acumulan a lo largo del tiempo (teorías estocásticas), y las que
suponen que el envejecimiento estaría predeterminado
(teorías no estocásticas).
Calidad de vida
Calidad de vida, salud y
ancianidad son términos que han evolucionado
simultáneamente a lo largo de la historia, por lo que el término en
conjunto se evalúa en relación a los
términos humanistas y científicos que existen en cada época en la que se estudia.
Existen múltiples razones
para aplicar el Indicador de Calidad de Vida relacionada con la Salud (CVRS)
entre las que se destaca la preocupación actual de las personas, a medida que se
incrementa su esperanza de vida. La transición demográfica actual con la
disminución de los nacimientos y de la
mortalidad, marcadamente en los países desarrollados, ha hecho que la esperanza
de vida se incremente, lo que viene acompañado de un aumento de la
discapacidad. Entre los distintos elementos a tener en cuenta, se encuentran los
servicios de salud, que han de contribuir al mejoramiento de las condiciones de
vida.
El sector salud ha de dar su
aporte desde distintos ángulos, para mejorar el Estado de Salud de la
Población, el mejoramiento continuo de la calidad de la atención médica, el
papel de la economía en la salud, mediante todos aquellos aspectos que inciden
en la calidad de vida relacionada con la salud, o sea del "efecto de los
tratamientos o intervenciones sanitarias en el bienestar de los
pacientes", y es precisamente sobre este particular que realizamos el
presente estudio.
Resulta entonces necesario
medir la Calidad de Vida Relacionada con la Salud (CVRS), que no es posible hacerlo solo con
los indicadores clásicos de morbilidad y
mortalidad. Los profesionales y estudiosos del tema, se ven obligados a
utilizar otros instrumentos, que en el
marco de la tercera edad debe al menos contemplar aspectos como el estado de salud, el estado funcional, la
predicción de incapacidad y la determinación de
factores de riesgo. Para, partiendo de esta información, planificar
programas preventivos, así como acciones
concretas de salud. Sirva como ejemplo, el metaanálisis de estudios transversales realizado en población española
sobre factores de riesgo cardiovascular, donde los autores encuentran que el porcentaje de
obesidad/sobrepeso es del 48.3% (20% obesos) de
la población estudiada
No obstante, resulta de
interés resaltar que todas las mediciones de calidad de vida son medidas indirectas de una condición. Si la
calidad pudiera ser cuantificada dejaría de ser una calidad. Las medidas
cuantitativas usadas en calidad de vida no deben ser juzgadas en términos de su
verdad o falsedad, sino en función de su adecuación para acercarnos a
nuestro objeto de interés. Espinosa
apunta que nunca se podrá comprobar directamente la calidad, pero no se deben obviar los métodos
indirectos tanto biológicos como sociales, religiosos, culturales y mentales que nos acercarán a la
situación con su realidad.
Es importante valorar el
impulso que el Estado a través de distintos organismos hace para que la salud
sea un éxito en la población mayor desde diferentes situaciones tal y como recoge
el Capítulo 3 del Informe 2006 de las Personas Mayores en España: Desde el
ámbito académico se han destacado las diferencias en la génesis de los estados
de bienestar europeos, que han dado lugar a diferencias institucionales
importantes y, sobre todo, a un reparto muy desigual de la provisión del
bienestar entre distintos agentes. Se reconoce con ello que la protección
social no es un asunto exclusivo del Estado o de las instituciones públicas;
las familias, las instituciones sin ánimo de lucro y la Iglesia intervienen
también en la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos.
A modo de conclusiones.
1. En la Calidad de vida se
deben valorar y evaluar dimensiones que deben surgir de las necesidades observables
en las personas mayores.
2. Evaluar los aspectos
sociales de la Calidad de Vida Relacionada con la Salud en un entorno multicultural
resulta del máximo interés.
3. La heterogeneidad de las
personas mayores en cuanto a formas de vivir la religión, las tradiciones, los
comportamientos y las vivencias debe ser contemplada en todos los estudios de
ciencias de la salud y sociales que se realicen.
4. Las diversas dimensiones
que conforman la Calidad de Vida Relacionada con la Salud, deben estudiarse
junto con otras herramientas de las que se extraigan conclusiones acerca de otras
dimensiones que afecten a la persona mayor, como en el caso de Ceuta, las
derivadas de la multiculturalidad y entorno geográfico y político fronterizo.
La realidad ceutí de las personas mayores se fundamenta en los trazos históricos
de la propia ciudad y de la aculturación recibida.
6. Los resultados totales
del valor de la Calidad de Vida Relacionada con la Salud y de las dimensiones
que la conforman, deben ser conocidos y tenidos en cuenta por las administraciones
correspondientes para el mejor desarrollo de sus programas de política social
para los mayores en el futuro.
http://www.revistascientia.es/files/2010/diciembre%202010/Articulo_10_Olmedo.pdf
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